Alimentación en el deporte. Consejos para el mejor rendimiento. (I Parte).

jueves, 3 de octubre de 2013

Esto es un artículo especial que iré publicando cada jueves, está basado en un guía oficial de la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia), proporciona información sobre la salud y la alimentación en las actividades deportivas, dicha guía, está pensada para una sociedad donde el ocio, el deporte y la salud son valores en alza, así como para entrenadores y deportistas profesionales.
Cuando uno habla de ``alimentación y deporte´´, lo primero que se le ocurre es pensar en comer lo mejor posible para así desarrollar una actividad extra sin sufrir agotamiento físico. Sin embargo, no es tan sencillo: aunque comamos un día bien, seguiremos sin ser capaces de correr 100 metros lisos sin caer en estado de fatiga. Es más, la alimentación y el deporte deben recorrer juntos un largo camino para llegar al podio o simplemente para sentirse bien. Asimismo, hay que tener en cuenta que, además de recorrer un camino junto, la alimentación y el deporte deben estar relacionados. Es decir, no todos los deportes llevan asociado el mismo tipo de alimentación. Se deben diferenciar según una serie de características que dependen del deporte que desarrollamos, puede ser de carácter aeróbico o no, también influyen las características del deportista, etc.
La alimentación del deportista no sólo debe nutrir las células del organismo para que éste se desarrolle y mantenga, sino que además, debe cubrir el gasto derivado del esfuerzo extra. También, como en otros aspectos de la vida, la alimentación del deportista se ve rodeada de ciertos matices que, si bien benefician en algunos casos, son muy perjudiciales en otros. En esta sección especial, desarrollaremos estos y algunos otros temas de interés que relacionan la alimentación y el deporte, no sólo para deportistas profesionales, sino también para aficionados.
Nutrientes y deporte:
Cuando se practica un deporte con cierta intensidad, el metabolismo tiene que adaptarse a la nueva situación, por lo que las necesidades de nutrientes cambian significativamente. En esta sección explicaré cómo afecta la actividad deportiva a los requerimientos de cada uno de los nutrientes esenciales:
Agua y electrolitos.
Hidratos de carbono.
Lípidos.Proteínas.
Micronutrientes.
Agua y electrolitos:
Uno de los síntomas más característicos del ejercicio físico o de la actividad deportiva es el sudor. Éste no es más que una forma de perder agua para equilibrar la temperatura corporal. La cantidad de agua que se llega a perder puede ser lo suficientemente importante como para llegar a la deshidratación si no se actúa correctamente. Por tanto, la reposición de líquidos debe ser una de las principales preocupaciones de los deportistas.
Existe una creencia, cada día más en entredicho, que aconseja beber líquidos con elevado contenido salino para aumentar el rendimiento, lo que no parece una idea muy correcta. Sí se sabe que la sudoración supone pérdida de agua y de diferentes electrolitos como el cloro, el sodio, el potasio, el calcio, el magnesio, etc. Por lo tanto, la reposición hídrica no puede consistir sólo en reponer agua y sal, además debe introducir el resto de electrolitos, cuya misión dentro de la actividad deportiva está bastante definida:
Potasio - Función muscular. Almacenamiento de glucógeno. Equilibrio hídrico.
Sodio - Equilibrio hídrico. Activación enzimática. 
Calcio - Activación de nervios y músculos. Contracción muscular. 
Magnesio - Activación enzimática. Metabolismo de proteínas. Función muscular. 
Fósforo - Formación de ATP.
 La importancia de los minerales obliga a ser muy cuidadosos con objeto de asegurar las necesidades mínimas, motivo por el que es muy importante respetar las RDA (Recomendaciones Dietéticas Aconsejadas). También se recomienda que se tomen en cantidad suficiente a través de una dieta sana, equilibrada y mixta, adecuada al deportista, y que no se utilicen compuestos tipo ``suplementos vitamínico´´.
Aunque con las cantidades recomendadas por la RDA se cubren las necesidades generales, en la dieta del deportista hay que tener en cuenta otras particularidades directamente dependientes del acto deportivo:
La duración de la prueba. 
La intensidad con la que se practica. 
Las condiciones climáticas externas (temperatura y humedad). 
Estas condiciones marcan el momento y la cantidad en la que se deben aportar las raciones adecuadas. El objetivo es cubrir las pérdidas extras que se produzcan. Como dato indicativo, se admite que con un trabajo corporal intenso en un clima moderado, la pérdida de agua es de aproximadamente 1 a 1,5 litros por hora. 
Las normas a tener en cuenta para conseguir un aporte adecuado de líquidos en un acto deportivo son las siguientes: 
Asegurar que se compensan las pérdidas, sobre todo en deportes de resistencia. 
Rechazar el suministro de tabletas de sal aisladas. 
Beber líquido sin una cantidad de sal adecuada (agua del grifo, té, refrescos, etc.) es poco acertado, ya que puede ocasionar una mayor pérdida de electrolitos y producir rampas musculares.

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